Crónica de El Sol y Miramelindo
La seguidilla de 2 shows en 9 días (algo inédito en la historia de Newbery) comenzó el 20/1 en El Sol, donde tuvimos que realizar un concierto a velocidad casi punk (11 temas en 35 minutos), a causa de la irresponsabilidad y la falta de respeto hacia los artistas del dueño del bar y del sonidista, a esas alturas no mas que un simple lacayo
Allí estrenamos un nuevo cover de los Beatles (Tomorrow never knows, Revolver, 1966)en una version casi espacial, y terminamos con Sur de la Penumbra, incluyendo al final el riff inicial de "Sorrow" de Pink Floyd, en memoria de las víctimas de República Cromañón.
El 29 nos reunimos en Miramelindo bajo una tormenta digna de Noé y su arca, y ahí sí, nos dimos el gusto y tocamos 16 temas en una hora, todo gracias a nuestro bajista, Ariel, quien hizo posible todo esto.
Esto nos dejó una enseñanza y una decisión: la de dejar de tocar en los bares, regenteados por personajes que simulan ser promotores de espectáculos y no son más que vampiros en busca de nuestro dinero y, a la vez, corroen nuestra dignidad.
Pero, en vez de someternos a sus estúpidos designios, tomaremos el camino más largo y tal vez el más difícil: tocar menos en vivo, pero hacerlo como NOSOTROS queremos.
El próximo show será en el invierno, en un teatro de la ciudad. Quizás ya teniendo en las manos El Rostro Del Cuarto Menguante.
Allí estrenamos un nuevo cover de los Beatles (Tomorrow never knows, Revolver, 1966)en una version casi espacial, y terminamos con Sur de la Penumbra, incluyendo al final el riff inicial de "Sorrow" de Pink Floyd, en memoria de las víctimas de República Cromañón.
El 29 nos reunimos en Miramelindo bajo una tormenta digna de Noé y su arca, y ahí sí, nos dimos el gusto y tocamos 16 temas en una hora, todo gracias a nuestro bajista, Ariel, quien hizo posible todo esto.
Esto nos dejó una enseñanza y una decisión: la de dejar de tocar en los bares, regenteados por personajes que simulan ser promotores de espectáculos y no son más que vampiros en busca de nuestro dinero y, a la vez, corroen nuestra dignidad.
Pero, en vez de someternos a sus estúpidos designios, tomaremos el camino más largo y tal vez el más difícil: tocar menos en vivo, pero hacerlo como NOSOTROS queremos.
El próximo show será en el invierno, en un teatro de la ciudad. Quizás ya teniendo en las manos El Rostro Del Cuarto Menguante.
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